Aprovechando que en sólo unos meses se darán a conocer los premios Nobel del presente año 2017, os comento que, según el Diccionario de la Real Academia Española, en el idioma castellano no existe la palabra *nóbel*.
Sí aparece en él, sin embargo, el vocablo *nobel* (pronúnciese como *papel*) cuya definición expresa el DRAE con dos acepciones:
1. [m. Premio otorgado anualmente por la fundación sueca Alfred Nobel como reconocimiento de méritos excepcionales en diversas actividades.]
2. [com. Persona o institución galardonada con este premio.]
Aunque, en principio, hemos de reconocer que el término hace referencia al apellido del ilustre científico Alfred Nobel, y puesto que los apellidos, máxime si son extranjeros, gozan de cierta flexibilidad en su acentuación y pronunciación, no debemos olvidar que, no obstante, dicha palabra *nobel* está recogida y catalogada en el DRAE y por tanto tipificada su correcta dicción para todos los hispanohablantes.
Es patente que existe una empecinada reticencia por parte de algunos divulgadores, medios de comunicación y otros, a pronunciar esta palabra correctamente (acentuando la "e" en vez de la "o"). Y el caso es que, existiendo otra palabra que se escribe igual (pero con -v-), véase *novel*, (adjetivo cuyo significado es: "que comienza a practicar un arte o una profesión, o tiene poca experiencia en ellos") y dado que ambos vocablos se pronuncian igual (con la misma sílaba tónica), sería de esperar que el conocimiento de la pronunciación de la segunda (novel), mucho más familiar, común y prosaica que la primera (nobel), debiera facilitar, a quienes hacen de la palabra hablada y escrita su profesión, el conocimiento la correcta pronunciación del nombre de este famoso galardón.
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Tres cuartos de lo mismo sucede con otra palabra, muy de moda en la actualidad, que vincula la velocidad de los vehículos con la economía familiar o, como antiguamente se decía, la velocidad con el tocino; me estoy refiriendo al término *radar*.
Tres cuartos de lo mismo sucede con otra palabra, muy de moda en la actualidad, que vincula la velocidad de los vehículos con la economía familiar o, como antiguamente se decía, la velocidad con el tocino; me estoy refiriendo al término *radar*.
Aunque este término provenga del acrónimo de la expresión inglesa "radio detectión and ranging" también está recogida en el DRAE y, como nobel, tampoco lleva tilde el nombre de este maldito artefacto mediante el cual la DGT expolia a los amigos de la celeridad vehicular en carretera.
Sin embargo, también en este caso, se suele pronunciar con asiduidad "rádar" (dicho como dólar), cuando lo correcto, en castellano académico, es "radar" (declamado como nadar).
¡¡¡ Tengámoslo en cuenta, por favor !!!